¿Qué es una SICAV? Verdades y mitos
Mucho se ha escrito sobre las SICAV (Sociedades de Inversión de Capital Variable) y de su funcionalidad. En realidad, son instrumento interesante si se quiere invertir por su fiscalidad favorable, pero su apertura es compleja. Realmente, existe mucha mitología alrededor y es bueno acotarla. Queremos explicarte mejor en qué consiste esta figura societaria para que valores si te conviene o no su adopción.
Naturaleza de las SICAV
Una SICAV es una sociedad anónima cuyo objeto es la inversión en valores. Para empezar, no está al alcance de todos porque se requieren un mínimo de 100 accionistas. En segundo lugar, y no menos importante, el capital mínimo es de 2.400.000 euros. Por otra parte, como mínimo el 90 % de las inversiones tienen que ser en valores cotizables. Además, para retirar capital o hacer movimientos hay un control de la CMNV. Por lo tanto, solo está al alcance de capitales elevados. Si se desea tener un capital de inversión, es una buena opción.
Esta fórmula societaria es común en varios países de la Unión Europea y en España está regulada por el Real Decreto Legislativo 1/2010 que modificó la ley de sociedades de capital. Las SICAV tienen varias ventajas que resultan atractivas para el inversor de una cierta entidad en el pago de impuestos.
Fiscalidad de las SICAV
El principal valor que aportan las SICAV es la fiscalidad que tiene, que facilita la acumulación de capitales para la inversión. Los tipos de gravamen variarán en función del Estado de la Unión Europea. De hecho, en España solo paga el 1 % de los beneficios a través del Impuesto de Sociedades. Por otra parte, la transmisión de participaciones con ganancia patrimonial cotizará en base a lo establecido en el IRPF. Finalmente, hay que destacar que las transmisiones están exentas de pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados. Por otra parte, como es un capital en una sociedad, mientras esté ahí no tendrá que tributar más que el 1 %, por eso es una forma de diferir el pago de impuestos.
Si bien hay polémica acerca de la supuesta elusión fiscal de las SICAV, lo cierto es que no la hay en absoluto. Por ejemplo, la fiscalidad de las SICAV españolas es de las más exigentes de la Unión Europea. Una ganancia patrimonial se tiene que declarar igual y pagar los impuestos que correspondan por IRPF, lo mismo que en los dividendos que se perciban. En consecuencia, este instrumento sirve para afrontar inversiones mayores, pero se tendrán que liquidar los tributos igual que lo haría un pequeño inversor.
Conclusión
Una Gestoría Fiscal Contable te puede indicar si te conviene o no entrar en una SICAV u otra sociedad de capital. Lo cierto es que es un tipo de sociedad muy controlada por los organismos reguladores pero, si queréis poner un capital en común varias personas, puede resultar interesante. Por este motivo, la perspectiva es que a medio plazo se generalice este sistema por las ventajas que aporta. Contacta con nosotros y te indicaremos si esta fórmula se adapta a tu perfil.
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